Centro de flora

El centro productivo de flora nativa del Parque Pedro Del Río Zañartu nace el año 2002, gracias a la postulación que postula Hellen Urra al programa de inversiones del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). El proyecto se titulaba “Construcción e implementación del Centro Interactivo Ambiental Trawnmapu” y consistía en generar un espacio abierto a la comunidad que permitiera el desarrollo de actividades ambientales.

El financiamiento de dicho proyecto contemplaba la suma de ochenta millones de pesos chilenos que se reunieron gracias al aporte de distintos organismos que se pasan a detallar. Por un lado el Gobierno Regional aportó treinta millones con un anticipo de seis millones para estudios y diseño de construcción del proyecto, CONAMA aporto diez millones…

de estructuras y recurso humano, ENAP Y ESSBIO aportarían 20 millones y otros 24 millones vendrían de otro fondo de Proyectos de Inversiones Menores FNDR 2003. El Parque Pedro del Rio Zañartu evaluaba su aporte en 30 millones entre terreno al interior del Santuario de la naturaleza Península de Hualpén, infraestructura y recurso humano.

Durante este primer período de inversiones se construyó el primer invernadero con estructura de PVC, que aún se mantiene en el tiempo desde su construcción inicial, un sombreadero de 20×7 metros, una caseta para oficina, la construcción de los jardines ornamentales (instalación de pasto, creación de pasillos y otros detalles paisajísticos), y el cercado perimetral.

Las expectativas y los costos de inversión para crear el proyecto fueron altos y también interrumpidos por la variedad de modificaciones al proyecto, por lo que no se finalizó la construcción total del lugar, sin embargo, a pesar de que no se concretaron todas las construcciones quedó el espacio disponible para seguir labores respecto a la producción de flora y educación ambiental.

En el segundo año de vida, 2004, la producción de flora comienza ampliarse a plantas medicinales, ornamentales, frutales y plantas de temporada a cargo de la trabajadora Ingrid Concha. También se participan en intercambios de plantas y semillas junto a organismos tales como CONAF, Vivero Municipal de Concepción, Parque Jorge Alessandri y Parque Tumbes.

En los mejores años de producción el centro de flora nativa llegó a tener 80.000 especies de árboles anuales, contaba con 12 trabajadores y además gracias a nuestra vocación de servicio se realizaban 3 visitas guiadas diarias a estudiantes entre septiembre y diciembre.

Los árboles producidos sirvieron para varios propósitos. Se ocuparon cerca de 200 unidades para forestar en la Isla Quiriquina. Se plantaron en varias ocasiones árboles en plazas y espacios de la comuna de Hualpén, como también se regalaban a delegaciones, instituciones y autoridades.

En cuanto a la reforestación al interior del Parque, el vivero ha aportado más de 100.000 árboles nativos, plantando unos 29.000 individuos al año durante su periodo de mayor auge (2004 al 2008).

En éste mismo período, comienza a darse un enfoque más interpretativo y educacional convocando a colegios y otras delegaciones a realizar visitas guiadas que comenzaban en la Casa Museo (Monumento Histórico Nacional) y finalizaban en el centro de flora conectando el patrimonio cultural con el natural en una sola visita.

A fines del 2011, posterior al período de esplendor, comienza el deterioro y declive del centro de flora nativa producto de un éxodo de personal que venía de los programas PROEMPLEO. Gradualmente año tras año se fueron integrantes del equipo a otros equipos del Parque Museo dejando desprovisto el centro. Ya para el 2016 se determina el cierre del vivero a público, ya que no estaban las condiciones de personal y servicio acordes sólo había una persona manteniendo el centro de flora nativa ocasionando finalmente que la producción de flora se detuviera.

El declive y abandono total se incrementó durante la pandemia del año 2020, el Parque debió cerrar, sin percibir ingresos y disminuyendo su plana de personal al minimo. El área del centro de flora quedo sin ningún tipo de mantención. Gran parte de la vida del vivero se perdió. Las plantas sufrieron una mortandad del 98% al momento de volver a revisar stocks.

La situación cambia hacia el año 2021, cuando se recibe un alumno en práctica, Diego Aguilera, a quien se le encomienda la misión de recuperar el lugar. El trabajo de recuperación del lugar consistía en mantener las estructuras que estaban en pésimas condiciones y disminuir la carga vegetativa que era excesiva tanto dentro de los invernaderos como en los jardines y alrededores.

Se organizan distintas jornadas de trabajo con voluntarios/as, para poder realizar mantenciones, podas, limpiezas, comenzando a revitalizar el lugar. Gracias a los voluntarios, el aporte de la ONG El Queule y diferentes profesionales, se logra acomodar nuevamente los espacios del vivero pudiendo volver a producir.

Actualmente, año 2023, se encuentran tres personas trabajando en el lugar, produciendo flora nativa a baja escala y generando los lineamientos para un nuevo proceso de desarrollo del centro productivo de flora nativa con prácticas sustentables, insertas y adaptadas al ecosistema de nuestra Península de Hualpén.